martes, 13 de septiembre de 2022

Dendera

 

EL PAIS

Para ver uno de los pocos retratos de Cleopatra que se conservan hay que viajar hasta Dendera, en la curva que el Nilo dibuja al norte de Luxor, cerca de Mena. Allí se encuentra el santuario de Hator, la diosa egipcia del amor, el placer y la belleza (aunque se la representaba con orejas de vaca). El de Dendera es un templo tardío, edificado en época grecorromana, y es abismal la distancia estilística y temporal (casi 3.000 años) con los sobrios, soberbios santuarios de las primeras dinastías, como el templo del valle de Kefrén, en Guiza, o el aún más antiguo de Djoser, en Saqqara. Es, sin embargo, el mejor conservado y uno de los más bellos de Egipto. En una de sus capillas se encontraba el célebre horóscopo que hoy se exhibe en el museo del Louvre, en París. Lucernarios estratégicamente situados dejan pasar los rayos solares, creando un juego de luz y oscuridad progresiva a medida que se avanza hacia el sanctasanctórum. Capiteles adornados con el rostro de Hator rematan las 24 columnas de su sala hipóstila, y un bajorrelieve de su muro posterior muestra a Cleopatra, la última reina de Egipto, junto a su hijo Cesarión, que tuvo con Julio César y fue asesinado por orden de Octavio, haciendo ofrendas a la divinidad. La hierática imagen, de perfil y enmarcada en jeroglíficos, no hace honor a la apasionada y bella Cleopatra de la que Shakespeare escribió: “La edad no podrá marchitarla, ni la rutina helará sus encantos”.

ENLACES:

https://elpais.com/elpais/2018/02/05/viajero_astuto/1517816942_397108.html#?rel=mas

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