jueves, 15 de septiembre de 2022

Momia real de Seti I

 


Fotografía de 1889 tomada por Emil Brugsch.

El cuerpo de Sethy I descansó en su tumba largo tiempo, hasta finales de la dinastía XX. Al menos así lo certifica uno de sus ataúdes de madera, restaurados por el sumo sacerdote Herihor y algo después bajo el reinado Esmendes I, de la dinastía XXI. Por aquel entonces es probable que ya se hubieran refugiado en KV17 las momias del padre y del hijo de Sethy I, los reyes Ramsés I y II. Bien conocido aquel escondite primario por los sacerdotes de Amón, volvería a ser visitado al menos una vez más durante el mandato de Pinedyem I, donde se envolvió la momia de Sethy I con lino nuevo.

Ramsés I, Sethy I y Ramsés II se despedirían definitivamente de KV17 en al año 10 de Siamón, cuando, junto a los cuerpos de otros grandes reyes del Imperio Nuevo, fueron trasladados a un lugar más seguro. No se volvería a saber nada de las momias hasta finales del siglo XIX, en un sorprendente descubrimiento en la tumba DB320 de Deir el-Bahari, donde se cree que fueron refugiadas tras una breve estancia en otra tumba conocida como kay de la reina Ahmose-Inhapi. Hallada y perfectamente identificada, la momia de Sethy I es probablemente la mejor conservada de todo el escondite real y sin duda la que más respeto impone, con un sereno gesto lleno de majestad.

Aunque el rostro de Sethy I está en óptimas condiciones, el resto de la momia ha sufrido algo de daño, presumiblemente a raíz de su traslado o a manos de los ladrones, el abdomen se encuentra quebrado y el cuello roto. Sin embargo, la gran sorpresa que deparó el cadáver del segundo faraón de la dinastía XIX, más que el hallazgo entre las vendas de algunos amuletos que fueron pasados por alto, sería el descubrir que el corazón había sido depositado en el pecho del rey, en su lado derecho. Este hecho tan insólito ha hecho pensar que quizás Sethy I muriera por problemas cardiovasculares, y dado que había sufrido tanto con un corazón en el lado izquierdo, los embalsamadores decidieron que en la otra vida le vendría mejor que estuviera en el lado derecho. Otros lo consideran un simple error de los embalsamadores. Sea como fuere, es un suceso que no se ha vuelto a ver en ninguna otra momia egipcia.


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