lunes, 12 de septiembre de 2022

Monte Sinaí

 




Amanecer en el Sinaí

Son las tres o cuatro de la mañana, aún es noche cerrada y hace frío, en el hotel han repartido linternas, aunque la claridad de la luna las hace innecesarias. Reatas de camellos y turistas somnolientos se van agrupando junto a los muros y cipreses del monasterio de Santa Catalina, el convento fortaleza que el emperador Justiniano mandó construir en el año 530 en las faldas del monte Sinaí, en el lugar donde el Libro del Éxodo dice que Moisés encontró la zarza en llamas. El camino serpentea entre grandes rocas; una hilera de luces en lo alto de la montaña, a una distancia que parece inalcanzable, señala la posición del grupo más madrugador. La ascensión, de más de cuatro horas, se hace dura en el último tramo que conduce a la cima a través de 700 escalones. Los camelleros lo saben y recorren la senda arriba y abajo reclutando clientes entre aquellos viajeros que se van quedando sin fuelle. Apiñados en el reducido espacio de la cumbre, arropados con mantas, peregrinos y turistas aguardan el amanecer. Cuando este llega “es de una grandiosidad casi aterradora” (Pierre Loti, El desierto).

ENLACES:

https://es.wikipedia.org/wiki/Monte_Sina%C3%AD

https://unviajeenglobo.com/egipto-en-15-dias/

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